Bmail
Maya Morales
maya.morales@bmail.com
Querido destinatario, efectivamente el día de ayer mi cuerpo sucumbió al sueño mucho más pronto. Sin embargo, mi querido amigo el dolor extendió sus garras a mi subconsciente y por primera vez en mucho tiempo soñé. Cabe mencionar que no fue un sueño agradable. Lo curioso es que siempre pensé que en las películas cuando algún protagonista siempre despertaba de un sueño aterrador exageraban el momento. Ahora sé que subestiman es estrujo en el corazón que te causan estas pesadillas, subestiman el terror por revivir ciertas cosas.
Mi familia efectivamente planeaba algo; hoy me regalaron una pequeña cachorra. Esta pequeña perrita no es de raza: es callejera; tal vez también fue abandonada como yo. No sé si piensan que el cuidar de otro ser hará que cuide más de mí. En lo personal creo que piensan que no me suicidaría si tengo otro ser por el cual preocuparme.
Cuando me presentaron a la pequeña bola de pelos que tenía una mirada tan aterrada como seguramente la tengo en las noches me sentí identificada; ella es tan… frágil. Como un barco a la deriva estaba a mi merced, así como yo estaba a la merced de la vida; somos de la misma raza: víctimas del destino que nos puso en caminos difíciles.
Decidí llamarla Azul porque me recordó al mar: a una tormenta de proporciones catastróficas; símbolo de tanto su pasado como el mío.

Hasta mañana querido destinatario; tengo que convencer a un pequeño ser de comer.
Atte:
Maya Morales