Bmail
Maya Morales
maya.morales@bmail.com
Querido destinatario, ayer fue una noche larga. Las memorias fueron rapaces cazadores; acecharon a su presa bajo la mirada fría e indiferente de la luna. Aprovecharon toda oportunidad que mis derribadas murallas les dieron. El día es uno muy hostil; siento que el refrigerador comenzará a hablar y a herirme. Lo único que puedo sacar de esto es que probablemente duerma más hoy.
Por otro lado, creo que mi familia está preparando algo para mí; donde hay humo hay fuego y algo de la magnitud de lo que me está pasando no es fácil de ocultar. Ellos saben, saben el nombre y cara de mi depredador; de mi dolor.
¿Sabes? Antes solía pensar que el dolor y la tristeza eran parte de la vida; ahora creo que todo se resume a dolor. Tal vez el propósito de la vida es venir a sentir dolor y todos y cada uno de nosotros hace su mejor esfuerzo para convencernos de algo diferente. Tal vez la vida no es un regalo sino un castigo. Tal vez si existe un dios y nos odia; a nosotros la humanidad en especial. Pues un animal, aunque capaz de sentir dolor no se tiene la capacidad de destruirse a sí mismo y a los demás como la tiene un humano. Tal vez la humanidad es el fin de todo lo bueno.

Espero tener diferentes noticias para ti el día de mañana, pero por hoy me despido.
Atte:
Maya Morales