Bmail
Maya Morales
maya.morales@bmail.com
Querido destinatario, la noche de ayer fue creo la peor que he tenido. Solo el dolor emocional ya es un gran causante de insomnio; a esto debemos añadir el dolor físico. Al parecer, aunque la mente sea indiferente hacia la vida o la muerte el cuerpo no. Debido a mi maravillosa dieta de consumo nulo me asaltó un dolor de estómago y sentimiento de debilidad física que solo potencia la ansiedad y desesperación que mis recuerdos me traen. Después de todo creo que si tendré que visitar el mercado por más que no quiera. Creo que es la primera vez que escribo algo positivo después de mi último desayuno; encontré que las duchas me siguen brindando placer. Hay algo en el sonido de las gotas cayendo y el golpe que hacen estas en tu piel que te permite darte un respiro del incesante asedio emocional. Aunque las emociones negativas sean un muy buen recuerdo de que sigues viva el agua helada cumple muy bien esa función; creo que me encuentro en un lugar donde no estoy muerta ni viva. Simplemente estoy perdida en el limbo; en el abismo.
Hoy discutí con una amistad; me dijo que me aferraba al dolor… creo que no entiende; es el dolor el que se aferra a mí. Soy prisionera del sufrimiento; no porque quiera sino por los rehenes que tiene: mis memorias. Solía pensar que mis memorias eran las que me daban identidad. Entonces… si mis memorias me traen en su mayoría un sentimiento de sofocación e incapacidad ¿son estas cosas las que me definen? Tal vez si lo sean; al menos estos últimos meses.

Hasta mañana querido destinatario.
Atte:
Maya Morales